2017 es un mal año, su amigo y mentor, el maestro Joan Riera Ferrari muere a la edad de 74 años. Ernesto está terriblemente afectado por la pérdida, y por supuesto, su trabajo se ve afectado. Deja de hacer estudios de anatomía y comienza a flirtear con la pintura, un universo creativo completamente nuevo al que apenas había prestado atención antes. Realiza una serie de 32 pinturas de pequeño tamaño utilizando remanentes del papel de grabado que usó durante su etapa como editor. Esta serie, llamada "Papeles sin guion" es realmente oscura, saturada con diferentes materiales y técnicas. Usa pigmentos puro para enfatizar la expresión de los colores, el papel está absolutamente saturado, cubierto de borde a borde con lo que llama "Materia". Es un horror vacui que se convierte en un estallido para la tristeza de Ernesto.
MIRADOR CÚBICO es la primera serie pictórica de Ernesto. En ella se intuyen los caminos va a recorrer a lo largo de su carrera. esta serie es el embrión que acabará convirtiendose en el lenguaje visual del artista. Combinando la geometría y a sinrazón mediante el uso de volumenes y colores planos por un lado, y de materia y texturas por el otro. Estos elementos se repetiran de forma recurrente en su obra posterior. que luego se convertirá en su seña de identidad.
A mitad de camino entre la escultura y la pintura. En contraposición a los tonos metalizados, el artista aplica sobre el lienzo una serie de capas amorfas, que juegan con el espacio, la luz, la sombra y la trasparencia. Aprovecha la neutralidad del blanco para resaltar la textura del material, la fibra de vidrio, y de esta manera evocar lo terrenal en contraposición a lo divino; rompe con la perspectiva y con la profundidad del cuadro para que el observador se pierda en la eterna profundidad que encierra la obra.
Ernesto plantea, en la serie NUBES, un reflejo vertical de la serie LOS AÉREOS, sin embargo, lo que empezo siendo un complemento se ha acabado convirtiendo un una de las series mas extensas y demandadas del artista, uan serie que sin duda es una de sus señas de identidad.
En HORIZONTE URBANO el artista explora la ciudad, confusa, gris, vibrante. Un ente que se desdibuja en el horizonte, el ruido y la contaminación; y se pierden para alcanzar un estado de paz y de belleza casi exhigua.
La obra no se circunscribe solo a la pieza de papel o el acrílico, Ernesto encierra la obra en una vitrina de madera y cristal intencionadamente. Como si de un taxonomista se tratara, el artista aisla al especimen , la ciudad, de su entorno real y la presenta al espectador como si se se tratara de un ejemplar de insecto exótico, y de esta manera pretende hacernos reflexionar sobre lo ajeno y desconocido que puede llegar a ser el escenario en el que conviven los seres humanos.
El Volumen, el color, la textura. Anémicamente explosiva. En MATERIA el artista se desinhibe, y explora con descaro la plasticidad de los materiales, jugando con pigmentos puros y aglomerantes para conseguir una obra cargada de fuerza y pasión. Como si de un arrecife se tratase, Ernesto se abstrae en la belleza, la composición y la paleta de colores sin otra intención que la de deleitar al observador, creando la pared de una caverna en la que dejar que la mirada se pierda, sin otro objetivo que la onubilación y el deleite.
Ernesto profundiza en INUNDACIONES, en las reflexiones iniciadas en la serie anterior, Materia. Impactado por la visión de las salinas del sur de Mallorca, el artista cubre los valles que forman la materia de sus obras de resina epoxi para evocar el efecto del agua.
La obra se transforma, alterando la manera en la que interactua con el público: se convierte en un trampantojo, incita a usar otro sentido, el observador no puede sesixtirse a tocar la obra, y sin quererlo de repente se ve reflejado en la superficie acuosa. La resina juega a reflejar la sala en su conjunto, las luminarias, el color de las paredes e incluso al mismo público.
De nuevo Ernesto se deja llevar por la evocación pura de la naturaleza, la composición y el uso de los colores. Merece mención especial el uso de sulfato de hierro, que mezclado con agua forma un liquido verduzco que se torna ocre al oxidarse. Ernesto aprovecha la resina para congelar en el tiempo esta redacción, generando esas aguas entre verde y cobrizo, lo cual otorga a la obra una vitalidad, fruto del masabsoluto azar.
En PERSONAJES Rodríguez se recrea en la fantasía y manifiesta en esta serie, su mundo interior, explorando el lado más primitivo del ser humano, aquel que se cojunga con la naturaleza, la vida y la imaginación. El lenguaje visual se caracteriza por la simplicidad y la espontaneidad, a menudo combinando formas geométricas con líneas sinuosas y colores terrosos. Sus personajes pueden ser humanoides, animales estilizados o formas abstractas que desafían las convenciones artísticas tradicionales. A través de estos elementos, logra transmitir una sensación de juego y libertad en su arte.
De nuevo, en esta serie el artista hace uso del sulfato de hierro para generar tonos ocre y óxido, una técnica icónica dentro del catálogo de Ernesto, y que le permite, enesta ocasión, reflejar el paso del tiempo a través de la oxidación intencionada de la obra.
La pandemia supuso un shock profundo para Ernesto, siempre cálido, amable y afectuoso, de repente se ve privado, como todo el mundo, del cariño y del afecto, de sus amigos y seres queridos. Fruto de angustia, surge Viure, una obra hecha a partir de los trozos rotos y los retales de sus ángeles, accidentado durante una tormenta. Una figura de espaldas, que huye hacia dentro del cuadro, en el ejercicio introspección y de voluntad por sacar lo mejor de uno mismo.
A lo largo de su trayectoria, Ernesto reflexiona continuamente sobre el paso del tiempo y sobre cómo el inexorable vaivén del péndulo va dejando marcas en la armadura que construimos para proteger nuestra fragilidad frente a las inclemencias de la colectividad. NEÓN surge de la oscuridad, de la fractura, del espacio. Ernesto incorpora un nuevo elemento, la luz, que representa la resistencia del alma bajo la armadura.
Sobre la nada más absoluta, así se siente el espíritu humano. En estas obras Ernesto reflexiona sobre la soledad, la compañía y el trayecto que hacemos nadando en la incertidumbre, materia densa y tenebrosa que es nuestro día a día.